El nombre del blog lo tomo de una traducción desordenada de una canción de la mejor banda de todos los tiempos, Radiohead: Where I End And You Begin. Donde yo termino de escribir y tú comienzas a opinar qué te parece lo que estás leyendo. Os toca.

viernes, 5 de marzo de 2010

Perspectiva

Te preguntas por qué tienes que reunir fuerzas para salir de la cama, si nadie te espera fuera. Estás demasiado cansado para levantarte pero has despertado de tu letargo. Sí, estás despierto, te acaban de meter en ese cubo gigante de basura que te parece el mundo sin perdirte permiso, y ahora tendrás que afrontarlo. Creíste hacía tan solo 10 horas que todavía cabía una solución, decidiste dormirte porque, ingenuo de ti, pensabas que tu subconciente podría escapar del tenebroso sendero del destino, que ayer fue ayer, hoy está olvidado y mañana será otro día. Pero una vez te enseñaron que el destino no existe, que ese sendero es tu propio camino. También te enseñaron un campo lleno de jardines florecientes, familias felices y fes inquebrantables. En cambio, tu propio destino, tu propio camino andado, finaliza en una ciénaga lúgubre y putrefacta aislada en el mundo y sin visible salida. Con el agua al cuello, con cada fotografía en tu cartera, cada recuerdo en tu mente, cada sonrisa te hunde un poco más. Y así, cuando crees que no vas a salir, aturdido y con los músculos y el ánimo rendidos, aparece Dios y te coge la mano. Un Dios sonriente y con una Coca-Cola en la mano, que te dice "Hombre, no mueras aún, todavía no es tu momento. Aún te vamos a joder un poco más".

Así, la desazón se torna enfado y, tras la rabieta, impera el nerviosismo. Tienes que salir ahí afuera. Lo tienes que hacer porque no es para tanto, hay cosas más importantes en la vida, como licenciarse y ser alguien en la vida. No querrás a acabar como la vecina de enfrente, con trenta y pico y fregando suelos. No, claro que no. Así que te vistes como puedes, te aseas lo justo para no ser detenido por escándalo público, y sales ahí afuera. En este punto eres un ratón sumergido en un laberinto sin fin, lleno de paredes y obstáculos insuperables, materializados en una burocracia social inabarcable. Descubres que puedes dar cien mil rodeos, saltar mil obstáculos, pero no puedes encontrar el maldito queso. No existe. Eres un experimento y lo has sentido en tu propia piel. Han engañado a millones de personas, pero no a ti.

Dejas transcurrir el día, llueve afuera pero la impermeabilidad se ha tatuado en tu ser. Has estado demasiados años buscando algo que acabas de descubrir que no existe, pero de algún modo ya no te importa. De algún modo, ya lo sabías. Esa noche duermes con el mismo anhelo que el día anterior, pero con una diferencia, ahora sabes que ayer fue hoy, hoy ha sido lo mismo que ayer y mañana nada habrá cambiado. Sólo buscas unas horas de descanso en un partido que no has sido capaz de arbitrar, lo has intentado pero no has dejado contento ni a un equipo ni a otro.

Con lo que no cuentas es que, al despertar, tan sólo diez horas después, abrirás con la misma desazón que ayer la persiana y verás caer del ático al hombre de Coca-Cola, que yace en el asfalto empapado con la misma sonrisa de ayer. Te asomas por la ventana y, desde arriba, el laberinto te parece diferente. Ves que no existe tal queso, pero no te habías dado cuenta de que la vida está llena de pequeños trozos esparcidos por todo el laberinto, que no sabes cuándo los vas a poder encontrar; y que por esa misma razón merece la pena vivir. Ahora, eres capaz de verlo desde arriba. No eres el ratón asustadizo y perdido de ayer.

Todo es cuestión de perspectiva.

4 comentarios:

  1. Muy guapo todo el texto, pero solo un pequeño matiz.

    En la vida no se puede resignar a que no ay destino, si que lo ay tienes que escribirtelo tu mismo si ves que no ay queso, crealo.

    No solo cambiaras tu vida si no la de todos los demas que viven como tu ;)

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  2. Te odio. Sabes por qué y sabes quien soy. Sin embargo, ya te comentaré personalmente alguna cosa sobre el texto. Reitero: te odio.

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  3. Pero que bonito. Sobre todoel primer parrafo y la conclusion.

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