El nombre del blog lo tomo de una traducción desordenada de una canción de la mejor banda de todos los tiempos, Radiohead: Where I End And You Begin. Donde yo termino de escribir y tú comienzas a opinar qué te parece lo que estás leyendo. Os toca.

martes, 29 de junio de 2010

On Rails

Un cambio supone afrontar una situación frecuentemente desconocida, afrontar una realidad a la que no te has enfrentado todavía, a la que sabes qué vas a dar pero rara vez qué te va a devolver. Para muchos el cambio es positivo y en ocasiones urgente. Para mí, el cambio es incómodo por inesperado, quizá demasiado acostumbrado a ir siempre sobre raíles. Nadie me dijo que valiera la pena arriesgarse. En ocasiones es necesario descarrilar.

sábado, 19 de junio de 2010

Amor (II)

Don't fall in love with me yet, we only recently met
The Magnetic Fields

Love is like a bottle of gin, but a bottle of gin is not like love
The Magnetic Fields

No sé cómo te atreves a venir a decirme que me quieres
Los Planetas

Y en lugar del amor nos hicimos daño
Nacho Vegas

Te hiero mucho
Love Of Lesbian

domingo, 13 de junio de 2010

Microrrelato (III): Sol

Sentado en la desembocadura del río, deshojo una rosa capa por capa y ahondo en mi pasado poro a poro. Cielo despejado. El astro rey abrasa mi alma, tan alejado en el espacio y tan cercano en mi tiempo. Vacío, polvo interestelar, vacío. Exofera, termosfera, aurora polar, mesosfera, estratosfera, estrella fugaz, capa de ozono, troposfera. Acariciando mis pies, biosfera, litosfera, núcleo. En medio de toda esta casualidad, yo. En medio de la probabilística, a más de 3000 kilómetros, tú. Demasiada presión, excesiva responsabilidad. Que antes fuimos polvo de estrellas, que fuimos amantes y que en polvo nos convertiremos. Arrojo la rosa al río que fluye, que siempre es distinto y, en cambio, siempre es el mismo, y exclamo un eufórico "me quiere", pues no hay nada más efímero y bello que el amor a la vida.

sábado, 5 de junio de 2010

Microrrelato (II): Viaje

Un joven bohemio partió del lecho materno, allá por la edad en que la pubertad se escabulle avergonzada entre los matorrales del espeso bosque de entrañas que es nuestro cuerpo. Se marchó sin mirar atrás, pues su decisión era firme y meditada, y con más ilusón que capital partió hacia lo que sería su gran viaje. Recorrió paisajes que las grandes urbes solo pueden vislumbrar tenuemente en los documentales. Vio la pobreza, la alegría, la amistad, el desencuentro, el amor, el desamor, la lujuria, y al fin y al cabo vio todas las fases de la vida por las que pasa la mayoría de las personas a lo largo de su existencia, excepto los más adinerados que distan de experimentar ninguna. Exhausto, tras un largo viaje, sintió un ruido que taladraba su cabeza. ¡Hijo, a desayunar! Por suerte o por desgracia, todo lo que somos ocurre dentro de nosotros.

jueves, 3 de junio de 2010

Microrrelato: Brooklyn

No estoy siendo pesimista, sencillamente la vida se convierte en un bucle del que es imposible escapar. Ya solo me queda la rabia, la frustración, la ira de ver como el cielo no existe, el infierno es esta existencia y el destino es el demonio que la gobierna. Un destino que no ha sabido reinar, que me ha sometido como una sucesión de genoma con el que experimentar en laboratorios con gaseosa. No tacho los días del calendario, ellos me tachan a mí y me consumen a una velocidad proporcional a la que desaparece la mentanfetamina de mi tercer cajón. Nunca pedí ver a pesar de quedarme ciego, pues los prejuicios de las personas siempre son la venda que tapa mis ojos. Esta es la voz lánguida de un humano que se ahoga, una voz más que se perderá entre una multitud insana bajo las aguas del puente de Brooklyn.

martes, 1 de junio de 2010

Ojos que no ven

Hace un tiempo me enteré de que los niños pequeños se tapan los ojos cuando pasan vergüenza porque creen que, así, las personas de su alrededor tampoco les ven a ellos. La vida se colorea en negro para todos, la materia se desintegra y la vergüenza con ella. Sinceramente, me parece una opción brillante. Si de verdad lo que entendemos como vida resulta que se desarrolla dentro de nuestros envoltorios, en la materia gris tan estudiada como desconocida, debería ser una medida solvente y suficiente escondernos de nosotros mismos. ¿Los demás? A quién le importa.

We don't need no education, que decían unos tales Pink Floyd. Crecemos y no se hace esperar, empieza a ser patente la necesidad de esconderse, de no ser vistos, de intimidad real. No vale más refugiarse en uno mismo, hay que seleccionar y bien la información que queremos o podemos dar, de lo que somos y lo que hacemos, al resto. Se comienza escondiendo la camiseta tras habérnosla manchado de tomate, pero cada vez la necesidad es más acuciante y las intenciones menos honestas. Al más puro estilo Dexter, la transparencia mete los pies en barro y se empieza a seleccionarla información con la meticulosidad y el oficio de un metrónomo.

El resultado de esta evolución es el ser adulto: una continua batalla entre lo que decidimos mostrar y lo que realmente somos. Aunque decidamos vivir como lo que somos, nos es prácticamente imposible olvidarnos de que necesitamos ser nosotros mismos tanto como tener un mínimo de control sobre las situaciones que nos rodean. Una tarea cansada y poco agradecida, una tarea completamente antitética al instinto. Una tarea, por tanto, específicamente humana.