Sé que estoy vivo porque me encienden por la mañana. Lo hacen en un gesto de altruismo invertebrado que no alcanzo a comprender. Salgo porque tengo que hacerlo, estoy programado para esa tarea y tengo que cumplirla. Sonrío a la gente porque es lo que esperan de mí. De vez en cuando ingiero nutrientes para mantener mis constantes vitales a salvo, de otro modo no podría seguir desempeñando mi deber. En definitiva, no molesto. Hago lo que tengo que hacer. No cuestiono mi subversión porque es para lo que he sido programado. Un autómata no se hace preguntas. A un autómata no le preocupa el paso del tiempo, y por extensión perderlo. Un autómata actúa, y lo hace sin emociones. Y le da lo mismo.
Deberias avisar de que esto no esta muerto. Buenas dos entradas.
ResponderEliminarOpino lo mismo, no dejes este blog !
ResponderEliminar